27Ene
Carnavales…, ¿eran los de antes?
El carnaval uruguayo, como fiesta popular, ha tenido transformaciones a lo largo del tiempo.
Te contamos algunas curiosidades de la historia uruguaya de esta fiesta pagana. Y si sólo pensás en vacaciones cuando te mencionan Carnaval, te ofrecemos el Préstamo Relax de TPI para que te decidas a salir a disfrutar, pasear, relajarte y regalarte un momento de ocio.
Un poco de historia
El carnaval es, con seguridad, la fiesta pagana más celebrada en todo el planeta, durante al menos tres días, la gente baila, se disfraza y se divierte. El hecho de disfrazarse, pintarse la cara, y festejarlo se remonta a la antigüedad y existen algunas evidencias de este tipo de festejos de hace 5.000 años.
Eran ritos de purificación que se celebraban durante el mes de febrero, y los romanos, que eran muy adeptos a los festejos, se entregaban a las actitudes de un dios de la mitología griega, Momo, dios de la burla y la locura, famoso por hacer reír a los dioses del Olimpo con sus críticas agudas. ¿Les suena familiar?
La Iglesia Católica trató de frenar la tradición de las "fiestas de la locura", en donde la gente hacía bromas en lugares públicos ocultándose por completo detrás de un disfraz.
Sin éxito, se incorporaron estos 3 días al calendario cristiano como un período de excesos permitidos antes de la rigurosa Cuaresma (la víspera de 40 días antes del domingo de Resurrección).
El carnaval de la “Locura” en Uruguay
El historiador José Pedro Barrán*, en su libro Historia de la sensibilidad en el Uruguay, reconstruye y rescata muchas de las anécdotas y evolución histórica de las celebraciones del carnaval en Uruguay. Según lo define él y las crónicas de la época, el carnaval era la fiesta y el juego de la cultura “bárbara” (por oposición a la “civilizada” a partir de 1870) en Montevideo.
Algunas anécdotas de los carnavales de ese entonces:
- El juego característico era el agua y no había nada que impidiera ese momento de alegría, ni siquiera un evento político. Lo lúdico era un aspecto tan irrenunciable de la vida que ni siquiera en pleno Sitio Grande de Montevideo en 1845 se suspendió la costumbre de arrojar baldes y agua.
- Se estima que más de un 10% de la población se disfrazaba y bailaba. Según narra Barrán, las calles estaban desiertas los 3 días en que se jugaba con agua. Y todos, jugaban con bombas, baldes de agua y huevos.
- La norma era transgredirlo todo. Los contemporáneos lo definieron como Locura, entendida como libertad del cuerpo y el alma con movimientos absurdos y afloración de todos los deseos. El clímax de la alegría física y el desborde emocional eran los “combates” arrojándose cosas al límite, especialmente agua.
- En plena época de “barbarie” entre 1820-40, en ocasiones se usaban huevos de gallina, de gaviota, o los prohibidos de avestruz que eran prácticamente mortales, harina y polvos colorados, latas, tarros, canastos, frutas, aguas sucias, bolsas de arena y cal, almidón.
- La fiesta del alma. En 1867 un editorialista del diario de la época “El Siglo” escribía: “Alguien ha dicho que el carnaval es la fiesta de los locos, pero nosotros diremos que es la verdad desnuda, mostrando a la humanidad tal cual es”.
- Si la fiesta del cuerpo representaba jugar con agua, la fiesta del alma se celebraba disfrazándose, y todos lo hacían. El objetivo era cambiar de personalidad (y de lugar social), o mostrar la verdadera, ocultar el rostro y el cuerpo para tener libertades.
- Algo que es tan común de nuestros carnavales actuales a través de las murgas, ya estaba en la esencia de ese entonces, y era la burla al poder como algo normal. El objetivo final era sacar al mundo y a la gente de su quicio.
- La venganza de los oprimidos. Los festejos eran una gran excusa para la sublevación de los más oprimidos: negros, criados, sectores populares, marginados, locos, niños, jóvenes, y mujeres. Y se suspendía el trabajo, y todo lo que perteneciera al mundo civilizado, porque era una fiesta del ocio.
- A partir de 1860, los hombres maduros y ancianos principalmente de clase alta comenzaron a desertar de participar en este tipo de carnaval y a imponer las prohibiciones características de una sociedad más “civilizada”. Se fueron publicando una serie de edictos que controlaban cada vez más el libre albedrío de la celebración. Por ejemplo:
*En 1835 un edicto prohibió disfrazarse con trajes religiosos.
*En 1850 un edicto prohibió mojar con agua a militares y sacerdotes en servicio.
*En 1860 se prohibió usar el traje militar como disfraz.
¿Crees que debemos recuperar algunas costumbres perdidas?
En Uruguay todavía se conserva la esencia de la diversión, la burla y el disfraz. Y hoy popularmente el carnaval también es sinónimo de diversión, de vacaciones y de relajación.
Y vos, ¿salís a hacer guerras de agua o a bailar con las comparsas del barrio, vas al tablado, te disfrazas, o salís a vacacionar durante carnaval? Para todos tus planes carnavaleros, tenemos un Préstamo Relax, y si estás pensando en salir de vacaciones durante esa semana, te recordamos leer estos consejos para organizar las vacaciones y encontrar el mejor alojamiento.
¡Feliz Carnaval!
*Fuente: Historia de la sensibilidad en el Uruguay, José Pedro Barrán. | Ediciones de la Banda Oriental.